Puede que entre la vorágine de bandas que invaden cada día nuestros reproductores, el nombre de Warbringer nos parezca un tanto difuso, no es para menos, pero lo cierto es que estamos ante una de las mejores bandas que ha cogido el testigo del Thrash Metal clásico y lo han revitalizado con tan solo dos discos en el mercado. Es cierto que no fueron los primeros en apuntarse al revival del Thrash old school, pero sí de los que suenan más honestos, y ante todo y sobre todo, de los que muestran un alarde de técnica como músicos que no dejará indiferente a ningún seguidor del estilo.
Si hace tiempo que no encuentras un disco de caña que te llegue a lo más profundo de ese perturbado cerebro, cansado de tantos inventos musicales que no hacen más que confundirlo todavía más y , además, tanto sinfonismo barroco y blasbeats desmesurados hacen mella en tu autoestima de metalero, debes enchufarte “Waking Into Nightmares” rápidamente. A los pocos minutos te darás cuenta de que siempre habrá una panda de greñudos dispuestos a no dejarte solo.
En los poco más de cuarenta minutos que dura este nuevo disco de Warbringer solo encontrarás Thrash, Thrash, Thrash!!!!!, incluídos todos los ingredientes que han marcado este estilo musical. En cierta manera, Warbringer tributan el sonido de los mejores Exodus o Death Angel, que forman un espejo perfecto para la banda, los cuales solo tienen que poner la destreza musical (que no es poca) para hacernos viajar por su mundo de caos y descontrol.
Si descontamos la pieza instrumental incrustada en el ecuador del plástico, a imagen y semejanza de algunas de las mejores obras del género, el resto de temas que escucharán tus oídos rebosan tralla por los cuatro costados. Las guitarras brillan especialmente en piezas como “Living In A Wirlwind”, con unos riffs aplastantes al más puro estilo Destruction y algunas aceleraciones y quiebros musicales que te harán levantar los cuernos al aire, sobre todo con el solo de guitarra donde se abusa de palanca para beneplácito de locos como yo. Tenemos más ejemplos en “Swadow From The Tomb”, donde la batería se luce a gusto en un tema de sabor añejo. No menos espectacular es “Severed Reality”, posiblemente el mejor corte, el más extremo de todos y con un regusto a los viejos Exodus más que evidente. Para el directo parece estar diseñada “Sensseles Life” con un comienzo a base de riffs aplastantes acompañadas de un doble (o triple) pedal que acelera poco a poco la canción hasta desembocar en otro solo para relamerse los labios. Que decir del comienzo arrollador con “Jackal”. El thrash más salvaje llega a tus oídos y no es de los temas más destacados…
Si “War Without End” nos llevaba al campo de batalla a lomos de un panzer destructor con el que crear la desolación allí por donde pasara, ahora es el turno de redimir nuestras culpas al despertar y encontrarnos en nuestras propias pesadillas. “Waking Into Nightmares” es la perfecta sintonía para estados tormentosos y de paz perturbada, puro caos deforme y podridamente adictivo.
Si hace tiempo que no encuentras un disco de caña que te llegue a lo más profundo de ese perturbado cerebro, cansado de tantos inventos musicales que no hacen más que confundirlo todavía más y , además, tanto sinfonismo barroco y blasbeats desmesurados hacen mella en tu autoestima de metalero, debes enchufarte “Waking Into Nightmares” rápidamente. A los pocos minutos te darás cuenta de que siempre habrá una panda de greñudos dispuestos a no dejarte solo.
En los poco más de cuarenta minutos que dura este nuevo disco de Warbringer solo encontrarás Thrash, Thrash, Thrash!!!!!, incluídos todos los ingredientes que han marcado este estilo musical. En cierta manera, Warbringer tributan el sonido de los mejores Exodus o Death Angel, que forman un espejo perfecto para la banda, los cuales solo tienen que poner la destreza musical (que no es poca) para hacernos viajar por su mundo de caos y descontrol.
Si descontamos la pieza instrumental incrustada en el ecuador del plástico, a imagen y semejanza de algunas de las mejores obras del género, el resto de temas que escucharán tus oídos rebosan tralla por los cuatro costados. Las guitarras brillan especialmente en piezas como “Living In A Wirlwind”, con unos riffs aplastantes al más puro estilo Destruction y algunas aceleraciones y quiebros musicales que te harán levantar los cuernos al aire, sobre todo con el solo de guitarra donde se abusa de palanca para beneplácito de locos como yo. Tenemos más ejemplos en “Swadow From The Tomb”, donde la batería se luce a gusto en un tema de sabor añejo. No menos espectacular es “Severed Reality”, posiblemente el mejor corte, el más extremo de todos y con un regusto a los viejos Exodus más que evidente. Para el directo parece estar diseñada “Sensseles Life” con un comienzo a base de riffs aplastantes acompañadas de un doble (o triple) pedal que acelera poco a poco la canción hasta desembocar en otro solo para relamerse los labios. Que decir del comienzo arrollador con “Jackal”. El thrash más salvaje llega a tus oídos y no es de los temas más destacados…
Si “War Without End” nos llevaba al campo de batalla a lomos de un panzer destructor con el que crear la desolación allí por donde pasara, ahora es el turno de redimir nuestras culpas al despertar y encontrarnos en nuestras propias pesadillas. “Waking Into Nightmares” es la perfecta sintonía para estados tormentosos y de paz perturbada, puro caos deforme y podridamente adictivo.
1 comentario:
paso rápidito para dejarte saludos :)
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