Cuando se habla de injusticias en el mundo del thrash metal se hace referencia especialmente a Exodus y lo cierto es que existen infinidad de bandas que por alguna maligna razón no lograron llegar más lejos. Forbidden fue una banda que firmó uno de los arranques más impresionantes en la historia del thrash metal con la edición de su primer álbum “Forbidden Evil”, un trabajo lleno de grandes temas como “Chalice of Blood”, “Through Eyes of Glass” y “Forbidden Evil”. Posiblemente en su contra estuvo el hecho de que este disco llegó en 1988, si hubiera aparecido cuatro años antes seguramente estaríamos hablando de otra situación.
Para 1990, Forbidden editó su segundo disco que sin ninguna duda superó las expectativas creadas gracias a un debut tan apabullante. “Twisted Into Form” es un album mejor producido, con un muy buen trabajo de la mano de Michael Rosen quien supo sacar punta a todos los integrantes de la banda. De hecho, lo más relevante en Forbidden es que el desempeño de todos sus músicos es de un nivel espectacular. En primer lugar, Russ Andersson a la voz demuestra ser uno de los mejores vocalistas del género, capaz de cantar con fuerza siendo muy limpio y melódico y llegando a los tonos naturalmente.
Por otra parte, y quizás el punto donde se hace más atractivo este disco, el duo Craig Locicero y Tim Calvert a las guitarras demuestran estar técnicamente por encima de muchos guitarristas del género. En su anterior disco ya podemos escuchar una buena muestra de lo que eran capaces de hacer, pero es aquí, con la entrada de Tim Calvert sustituyendo a Glen Alvelais que el asunto se dispara, logrando que cada tema sea una demostración de técnica y sobretodo, imprimiendo un sello propio en sus punteos, comparable con el que poseía Alex Skolnick en Testament.
Y la base rítmica tampoco se queda atrás. Matt Camacho es un bajista que mantiene en todo momento la consistencia del sonido de Forbidden junto a Paul Bostaph en la batería quien ahora es archiconocido por haber sido el sustituto de Dave Lombardo en Slayer, pero que ya aquí destacaba como un músico impresionante. Los ritmos impresos en las canciones van desde la aceleración de un tema como "Infinite" a la cadencia de “Tossed Away” donde los ritmos entrecortados de batería demuestran hasta donde llega la habilidad de Paul Bostaph, al igual que en “Twisted Into Form” con el uso de los platillos.
El nivel de estos músicos los llevó a componer una obra donde nada sobra. Sin duda alguna todos los temas son de un nivel espectacular, no solo en su interpretación sino también en su composición. El uso de coros también es destacable ya que es muy variado, desde coros típicamente thrash en "Infinite" hasta melódicos y con un halo de misterio en temas como “One Foot in Hell” o “R.I.P.”.
En definitiva, “Twisted Into Form” fue la consagración de una banda, la confirmación de que el nivel logrado con “Forbidden Evil” no era un simple espejismo. Lamentablemente y por asuntos ajenos a la capacidad de la banda, Forbidden tuvo diversos problemas para impulsar su carrera, aunque editaron dos discos más, "Distortion" en 1994 y "Green" en 1997.
De ahí en adelante la banda se ha reunido dos veces, la primera en el 2001 para un concierto benéfico para Chuck Billy (el famoso "Clash of the Titans", montado para recaudar fondos por el cáncer que sufrió el vocalista de Testament), y en el 2008 que, aprovechando el 20 aniversario de la edición del “Forbidden Evil” han realizado una serie de conciertos y festivales en EEUU y Europa como el Graspop. Los rumores hablan ya de un posible fichaje por parte de Nuclear Blast y en este 2009 hay confirmados conciertos como el que van a dar en el Sweden Rock Festival.
Para 1990, Forbidden editó su segundo disco que sin ninguna duda superó las expectativas creadas gracias a un debut tan apabullante. “Twisted Into Form” es un album mejor producido, con un muy buen trabajo de la mano de Michael Rosen quien supo sacar punta a todos los integrantes de la banda. De hecho, lo más relevante en Forbidden es que el desempeño de todos sus músicos es de un nivel espectacular. En primer lugar, Russ Andersson a la voz demuestra ser uno de los mejores vocalistas del género, capaz de cantar con fuerza siendo muy limpio y melódico y llegando a los tonos naturalmente.
Por otra parte, y quizás el punto donde se hace más atractivo este disco, el duo Craig Locicero y Tim Calvert a las guitarras demuestran estar técnicamente por encima de muchos guitarristas del género. En su anterior disco ya podemos escuchar una buena muestra de lo que eran capaces de hacer, pero es aquí, con la entrada de Tim Calvert sustituyendo a Glen Alvelais que el asunto se dispara, logrando que cada tema sea una demostración de técnica y sobretodo, imprimiendo un sello propio en sus punteos, comparable con el que poseía Alex Skolnick en Testament.
Y la base rítmica tampoco se queda atrás. Matt Camacho es un bajista que mantiene en todo momento la consistencia del sonido de Forbidden junto a Paul Bostaph en la batería quien ahora es archiconocido por haber sido el sustituto de Dave Lombardo en Slayer, pero que ya aquí destacaba como un músico impresionante. Los ritmos impresos en las canciones van desde la aceleración de un tema como "Infinite" a la cadencia de “Tossed Away” donde los ritmos entrecortados de batería demuestran hasta donde llega la habilidad de Paul Bostaph, al igual que en “Twisted Into Form” con el uso de los platillos.
El nivel de estos músicos los llevó a componer una obra donde nada sobra. Sin duda alguna todos los temas son de un nivel espectacular, no solo en su interpretación sino también en su composición. El uso de coros también es destacable ya que es muy variado, desde coros típicamente thrash en "Infinite" hasta melódicos y con un halo de misterio en temas como “One Foot in Hell” o “R.I.P.”.
En definitiva, “Twisted Into Form” fue la consagración de una banda, la confirmación de que el nivel logrado con “Forbidden Evil” no era un simple espejismo. Lamentablemente y por asuntos ajenos a la capacidad de la banda, Forbidden tuvo diversos problemas para impulsar su carrera, aunque editaron dos discos más, "Distortion" en 1994 y "Green" en 1997.
De ahí en adelante la banda se ha reunido dos veces, la primera en el 2001 para un concierto benéfico para Chuck Billy (el famoso "Clash of the Titans", montado para recaudar fondos por el cáncer que sufrió el vocalista de Testament), y en el 2008 que, aprovechando el 20 aniversario de la edición del “Forbidden Evil” han realizado una serie de conciertos y festivales en EEUU y Europa como el Graspop. Los rumores hablan ya de un posible fichaje por parte de Nuclear Blast y en este 2009 hay confirmados conciertos como el que van a dar en el Sweden Rock Festival.
1 comentario:
Recuerdo perfectamente el dia en que adquirì este album y la verdad me dejò impactado el tecnicismo con el que ejecutaban cada nùmero! excelente album thrashero que incluso me atreveria a poner por encima de garage days revisited de Metallica.
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