Apenas un año después de haber abierto la Caja de Pandora y liberar el metal negro sobre el mundo, Bathory volvía a entregar un opus tanto o más venenoso que el anterior, demoledor y brutal, simplemente a la altura del acontecimiento pues no se inventa un género nuevo en el metal todos los días.
Esta vez las cosas cambiaban ligeramente en términos de producción –si es que se puede hablar de tal cosa en este disco–, al menos en comparación con su predecesor, ya que The Return presenta un sonido un poco más claro y discernible, pero la suciedad y aspereza general no se pierden en lo absoluto, sino que comienzan ese proceso de “refinación” que culminaría en el monumental Blood, Fire Death.
Pero si algo distingue a este álbum del anterior, es sin duda alguna la calidad mejorada en la composición de las canciones. El caos de los riffs repetitivos fríos y escabrosos comienza a jugar poco a poco con la adición de algunas estructuras extras, casi imperceptibles pero que están ahí, como una semilla.
La cadencia y sentido rítmico surge con enorme fuerza en piezas como Born for Burning o The Rite of Darkness/Reap of Evil que sentaron un precedente gigantesco mantenido con vida por la práctica totalidad de bandas black metal del planeta hoy en día. ¿Y los ingredientes? Sencillo: Un riff galopante de un par de notas que sigue un patrón circular y un beat básico y cuadrado en la batería, tan simple que sorprende su efectividad. Sumemos a eso la adición de pequeños “solos” en The Winds of Mayhem y Bestial Lust por ejemplo, y tenemos de repente elementos que le dan un poco de aire a las composiciones que son cerradas y asfixiantes.
Quorthon demuestra en este disco con un desenfado enorme, que a pesar de ser su segundo trabajo, no tiene la menor intención de pulir o abrillantar nada; con composiciones mejoradas basta. El sonido debe ser registrado con la mayor simpleza, suciedad y mugre posibles. Y el objetivo se consigue sobradamente, pero lo más relevante acerca de esta fórmula estética tan poco ortodoxa, es que el sonido del black metal underground hoy en día existe gracias a él, lo que hicieron bandas como el primer Mayhem, Darkthrone o el Satyricon de los primeros dos discos, fue simplemente reafirmar y perfeccionar una propuesta creativa que ya había sido entregada al mundo, en bruto y sin destilar.
Tan oscuro y profundo como su sencilla y fea portada, este álbum es un clásico antes de los clásicos, que deja a Bathory siendo algo así como el gran Cronos griego, quien cedería su espacio como amo y señor a los dioses que vendrían después de él. Pero su eco no para de resonar y por eso le estamos agradecidos.
Tracklist
1-Revelation of Doom/Total Destruction
2-Born for Burning
3-The Wind of Mayhem
4-Bestial Lust
5-Possessed
6-The Rite of Darkness/Reap of Evil
7-Son of the Damned
8-Sadist
9-Return of Darkness and Evil
10-Outro
Esta vez las cosas cambiaban ligeramente en términos de producción –si es que se puede hablar de tal cosa en este disco–, al menos en comparación con su predecesor, ya que The Return presenta un sonido un poco más claro y discernible, pero la suciedad y aspereza general no se pierden en lo absoluto, sino que comienzan ese proceso de “refinación” que culminaría en el monumental Blood, Fire Death.
Pero si algo distingue a este álbum del anterior, es sin duda alguna la calidad mejorada en la composición de las canciones. El caos de los riffs repetitivos fríos y escabrosos comienza a jugar poco a poco con la adición de algunas estructuras extras, casi imperceptibles pero que están ahí, como una semilla.
La cadencia y sentido rítmico surge con enorme fuerza en piezas como Born for Burning o The Rite of Darkness/Reap of Evil que sentaron un precedente gigantesco mantenido con vida por la práctica totalidad de bandas black metal del planeta hoy en día. ¿Y los ingredientes? Sencillo: Un riff galopante de un par de notas que sigue un patrón circular y un beat básico y cuadrado en la batería, tan simple que sorprende su efectividad. Sumemos a eso la adición de pequeños “solos” en The Winds of Mayhem y Bestial Lust por ejemplo, y tenemos de repente elementos que le dan un poco de aire a las composiciones que son cerradas y asfixiantes.
Quorthon demuestra en este disco con un desenfado enorme, que a pesar de ser su segundo trabajo, no tiene la menor intención de pulir o abrillantar nada; con composiciones mejoradas basta. El sonido debe ser registrado con la mayor simpleza, suciedad y mugre posibles. Y el objetivo se consigue sobradamente, pero lo más relevante acerca de esta fórmula estética tan poco ortodoxa, es que el sonido del black metal underground hoy en día existe gracias a él, lo que hicieron bandas como el primer Mayhem, Darkthrone o el Satyricon de los primeros dos discos, fue simplemente reafirmar y perfeccionar una propuesta creativa que ya había sido entregada al mundo, en bruto y sin destilar.
Tan oscuro y profundo como su sencilla y fea portada, este álbum es un clásico antes de los clásicos, que deja a Bathory siendo algo así como el gran Cronos griego, quien cedería su espacio como amo y señor a los dioses que vendrían después de él. Pero su eco no para de resonar y por eso le estamos agradecidos.
Tracklist
1-Revelation of Doom/Total Destruction
2-Born for Burning
3-The Wind of Mayhem
4-Bestial Lust
5-Possessed
6-The Rite of Darkness/Reap of Evil
7-Son of the Damned
8-Sadist
9-Return of Darkness and Evil
10-Outro
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