Cinco años, nada menos. Cinco largos años nos han hecho esperar Michal Romeo y compañía para poder disfrutar de sus composiciones una vez más. Con gusto esperaría todos esos años o incluso más por cualquier otro grupo, si tan sólo tuviera la certeza de que finalmente caería en mis manos un disco de este calibre.
Si con el anterior trabajo de la banda, “The Odyssey”, algunos nos quedamos un tanto decepcionados, por su ambiente recargado y demasiado rebuscado, esos rancios aires de grandeza supuestamente conseguidos a través de la profusión de arreglos orquestales y por su más que palpable petulancia, no podemos por menos que admitir que en este caso, hemos sido compensandos con creces.
El álbum comienza con la consabida intro orquestal que para mi sorpresa no se hace pesada: esta vez SYMPHONY X nos ofrece una cuidadísma composición de dos minutos y medio que sirve de perfecto preámbulo al resto del disco. Con unas progresiones que muy bien pudieran confundirse con la banda sonora de la película de algún super héroe del cómic -¿alguien distingue una secuencia de notas extrañamente similar, salvando el tempo, a la melodía de cierto personaje filántropo y millonario cuya vestimenta, nombre y residencia se inspira en los usos y costumbres de los murciélagos?-, este “Oculus Ex Inferni” es una de las intros que sin duda merece más atención, por ser capaz de mantener la constante atención del oyente -cosa verdaderamente difícil en un corte de estas características- gracias a su ambiente inquietante, resultando un aperitivo estupendo para ir abriendo el apetito.
A continuación, “Set The World On Fire” nos regala los oídos con el tipo de riff que se va a dar a lo largo de todo el disco: potente, sólido y al más puro estilo SYMPHONY, junto con los velocísimos punteos de Romeo, que pueden llegar incluso a marear en sus duelos con el teclado. Es este un tema intenso pero de velocidad relativamente moderada comparado con algunos de los que siguen a continuación, con un estribillo pegadizo y resultón.
Después nos topamos con “Domination”, una de las bombas del disco. Este tema es, simplemente, aplastante. El riff de bajo con que abre el tema, con unos ligados a la velocidad de la luz, que da paso a la guitarra de Romeo, es uno de los más fuertes y pesados del disco. Con este tema, como tuve ocasión de comprobar en directo hace bien poco en una de sus actuaciones, resulta imposible no seguir el ritmo de una manera u otra. El estribillo tiene tal calidad “metalera” que resulta verdaderamente reconfortante y de agradecer que SYMPHONY haya escogido un sonido algo más duro que en anteriores trabajos.
La segunda bomba de este disco es, sin duda alguna, el tema que aparece a continuación, su magnífico “The Serpent’s Kiss”. Si con “Domination” no nos dejaron respirar, con este “The Serpent’s Kiss” SYMPHONY definitivamente nos roba el poco aliento que pudiéramos conservar, a base de velocidad y caña. Con un Romeo que rompe el silencio con su pesado riff de guitarra, que acompañará durante todo el tema, desafiamos a cualquiera que lo escuche a ser capaz de abstraerse de su cadencia y su genial estribillo –en el cual consiguen dejar impreso su particular sonido, así como dotarlo de una accesibilidad increíble que lo hace asequible a cualquier oyente-. Un tema grandioso de principio a fin.
Aparece después “Paradise Lost”, corte que da nombre al disco, repleto de dulces melodías al teclado y la impagable voz de Allen, que consigue con sus más que sobrados recursos elevarnos de tal forma que casi somos capaces de sentir la melodía en nuestra propia carne. Un tema precioso, que narra la tragedia de un paraíso personal perdido: “love is a tragedy”, proclama un Allen exaltado.
Cogemos ahora carrerilla de nuevo con la movida apertura de “Eve Of Seduction”, y de qué manera…Con un comienzo trepidante, este corte cuenta, claro está, con los riffs de Romeo y su distorsión –qué bien encaja con los temas, buena elección-, con un regustillo muy agradable a eso que mejor saben hacer estos americanos dentro del Progresivo, con los consabidos cambios de ritmo y un estribillo rápido y directo. En el punteo de Romeo ni siquiera voy a osar adentrarme: imposible memorizar ni la quinta parte de notas que pulsa. Nos enfrentamos después a “The Walls Of Babylon”, que comienza con unos coros épicos que dan paso a la cañera guitarra de nuevo. Increíblemente y a estas alturas, el veloz devaneo con las cuerdas en este caso ni cansa ni supone un descenso en el ritmo global de disco, cosa realmente encomiable.
Éste corte da paso a “Seven”, tema que en un principio puede parecer uno de esos dechados de virtud peligrosamente repetitivos dado las veloces progresiones de la guitarra con que comienza y los casi imposibles sweep pickings de Romeo, sensación que desmiente esa atmósfera de “oscuridad”, captada a la perfección por una vibrante melodía vocal entre pasaje y pasaje, junto a esos coros que tanto atren a este grupo americano.
Aproximándonos al final tenemos “The Sacrifice”, meláncolica y nostálgica, que brinda a Allen una vez más la oportunidad de lucirse de forma grandiosa. Pocas palabras pueden describir esta emotiva canción. Lo mejor que se puede hacer es dejarse envolver por ella e interpretar lo que a cada uno le sugiera su melodía, disfrutando de sus pasajes orquestales y sus nítidas y más que sentidas guitarras. Puedo asegurar que con ella a más de uno consiguieron ponernos los pelos de punta en su reciente concierto en el GODS OF METAL de Milán, cuya crónica tendreis en breve oportunidad de leer.
Por último tenemos “Revelation”, corte con el que dan fin a este gran álbum y en el que se explayan con total libertad –más de 9 minutos de duración-, incluyendo en él todos los recursos que han hecho a SYMPHONY X ser lo que son a día de hoy, consiguiendo innumerables matices a cuenta de la melodía de la voz, los apuntes con el teclado, los cambios de ritmo a la batería y el pesado combo rítmico y metálico que le da forma. Sin duda posee uno de los estribillos que más me han gustado de todo el álbum, que encandila desde la primerísima escucha.
En definitiva, “Paradise Lost” es una verdadera bicoca para cualquiera que adore la música, pero lo es especialmente para los amantes del Progresivo más cañero. Es un álbum variado, nutrido, con temas dotados de un vigor y una velocidad impresionantes que caminan de la mano en perfecta armonía con medios tiempos de riffs melódicos y nostálgicos. Para aquellos que habíamos encontrado a “The Odyssey” un tanto soporífero, es una verdadera alegría encontrarnos con este positivo cambio cañero que recuerda a la época de “V”, pero con un toque más acorde con los tiempos que corren. Un disco imprescindible.
Track List:
1.-Oculus Ex Inferni
2.-Set The World On Fire (The Lie Of Lies)
3.-Domination
4.-The Serpent’s Kiss
5.-Paradise Lost
6.-Eve Of Seduction
7.-The Walls Of Babylon
8.-Seven
9.-The Sacrifice
10.-Revelation (Divus Pennae Ex Tragoedia)
Fuente: MetalMas
Si con el anterior trabajo de la banda, “The Odyssey”, algunos nos quedamos un tanto decepcionados, por su ambiente recargado y demasiado rebuscado, esos rancios aires de grandeza supuestamente conseguidos a través de la profusión de arreglos orquestales y por su más que palpable petulancia, no podemos por menos que admitir que en este caso, hemos sido compensandos con creces.
El álbum comienza con la consabida intro orquestal que para mi sorpresa no se hace pesada: esta vez SYMPHONY X nos ofrece una cuidadísma composición de dos minutos y medio que sirve de perfecto preámbulo al resto del disco. Con unas progresiones que muy bien pudieran confundirse con la banda sonora de la película de algún super héroe del cómic -¿alguien distingue una secuencia de notas extrañamente similar, salvando el tempo, a la melodía de cierto personaje filántropo y millonario cuya vestimenta, nombre y residencia se inspira en los usos y costumbres de los murciélagos?-, este “Oculus Ex Inferni” es una de las intros que sin duda merece más atención, por ser capaz de mantener la constante atención del oyente -cosa verdaderamente difícil en un corte de estas características- gracias a su ambiente inquietante, resultando un aperitivo estupendo para ir abriendo el apetito.
A continuación, “Set The World On Fire” nos regala los oídos con el tipo de riff que se va a dar a lo largo de todo el disco: potente, sólido y al más puro estilo SYMPHONY, junto con los velocísimos punteos de Romeo, que pueden llegar incluso a marear en sus duelos con el teclado. Es este un tema intenso pero de velocidad relativamente moderada comparado con algunos de los que siguen a continuación, con un estribillo pegadizo y resultón.
Después nos topamos con “Domination”, una de las bombas del disco. Este tema es, simplemente, aplastante. El riff de bajo con que abre el tema, con unos ligados a la velocidad de la luz, que da paso a la guitarra de Romeo, es uno de los más fuertes y pesados del disco. Con este tema, como tuve ocasión de comprobar en directo hace bien poco en una de sus actuaciones, resulta imposible no seguir el ritmo de una manera u otra. El estribillo tiene tal calidad “metalera” que resulta verdaderamente reconfortante y de agradecer que SYMPHONY haya escogido un sonido algo más duro que en anteriores trabajos.
La segunda bomba de este disco es, sin duda alguna, el tema que aparece a continuación, su magnífico “The Serpent’s Kiss”. Si con “Domination” no nos dejaron respirar, con este “The Serpent’s Kiss” SYMPHONY definitivamente nos roba el poco aliento que pudiéramos conservar, a base de velocidad y caña. Con un Romeo que rompe el silencio con su pesado riff de guitarra, que acompañará durante todo el tema, desafiamos a cualquiera que lo escuche a ser capaz de abstraerse de su cadencia y su genial estribillo –en el cual consiguen dejar impreso su particular sonido, así como dotarlo de una accesibilidad increíble que lo hace asequible a cualquier oyente-. Un tema grandioso de principio a fin.
Aparece después “Paradise Lost”, corte que da nombre al disco, repleto de dulces melodías al teclado y la impagable voz de Allen, que consigue con sus más que sobrados recursos elevarnos de tal forma que casi somos capaces de sentir la melodía en nuestra propia carne. Un tema precioso, que narra la tragedia de un paraíso personal perdido: “love is a tragedy”, proclama un Allen exaltado.
Cogemos ahora carrerilla de nuevo con la movida apertura de “Eve Of Seduction”, y de qué manera…Con un comienzo trepidante, este corte cuenta, claro está, con los riffs de Romeo y su distorsión –qué bien encaja con los temas, buena elección-, con un regustillo muy agradable a eso que mejor saben hacer estos americanos dentro del Progresivo, con los consabidos cambios de ritmo y un estribillo rápido y directo. En el punteo de Romeo ni siquiera voy a osar adentrarme: imposible memorizar ni la quinta parte de notas que pulsa. Nos enfrentamos después a “The Walls Of Babylon”, que comienza con unos coros épicos que dan paso a la cañera guitarra de nuevo. Increíblemente y a estas alturas, el veloz devaneo con las cuerdas en este caso ni cansa ni supone un descenso en el ritmo global de disco, cosa realmente encomiable.
Éste corte da paso a “Seven”, tema que en un principio puede parecer uno de esos dechados de virtud peligrosamente repetitivos dado las veloces progresiones de la guitarra con que comienza y los casi imposibles sweep pickings de Romeo, sensación que desmiente esa atmósfera de “oscuridad”, captada a la perfección por una vibrante melodía vocal entre pasaje y pasaje, junto a esos coros que tanto atren a este grupo americano.
Aproximándonos al final tenemos “The Sacrifice”, meláncolica y nostálgica, que brinda a Allen una vez más la oportunidad de lucirse de forma grandiosa. Pocas palabras pueden describir esta emotiva canción. Lo mejor que se puede hacer es dejarse envolver por ella e interpretar lo que a cada uno le sugiera su melodía, disfrutando de sus pasajes orquestales y sus nítidas y más que sentidas guitarras. Puedo asegurar que con ella a más de uno consiguieron ponernos los pelos de punta en su reciente concierto en el GODS OF METAL de Milán, cuya crónica tendreis en breve oportunidad de leer.
Por último tenemos “Revelation”, corte con el que dan fin a este gran álbum y en el que se explayan con total libertad –más de 9 minutos de duración-, incluyendo en él todos los recursos que han hecho a SYMPHONY X ser lo que son a día de hoy, consiguiendo innumerables matices a cuenta de la melodía de la voz, los apuntes con el teclado, los cambios de ritmo a la batería y el pesado combo rítmico y metálico que le da forma. Sin duda posee uno de los estribillos que más me han gustado de todo el álbum, que encandila desde la primerísima escucha.
En definitiva, “Paradise Lost” es una verdadera bicoca para cualquiera que adore la música, pero lo es especialmente para los amantes del Progresivo más cañero. Es un álbum variado, nutrido, con temas dotados de un vigor y una velocidad impresionantes que caminan de la mano en perfecta armonía con medios tiempos de riffs melódicos y nostálgicos. Para aquellos que habíamos encontrado a “The Odyssey” un tanto soporífero, es una verdadera alegría encontrarnos con este positivo cambio cañero que recuerda a la época de “V”, pero con un toque más acorde con los tiempos que corren. Un disco imprescindible.
Track List:
1.-Oculus Ex Inferni
2.-Set The World On Fire (The Lie Of Lies)
3.-Domination
4.-The Serpent’s Kiss
5.-Paradise Lost
6.-Eve Of Seduction
7.-The Walls Of Babylon
8.-Seven
9.-The Sacrifice
10.-Revelation (Divus Pennae Ex Tragoedia)
Fuente: MetalMas
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