Esta vez no ha habido que esperar mucho tiempo para escuchar un nuevo disco del gran Ozzy Osbourne. Concretamente tres añitos han pasado desde la edición de su anterior trabajo, “Black Rain”, justo la mitad de los que hubo que esperar para escuchar canciones nuevas tras su álbum de 2001, “Down To Earth”. Sin embargo, a lo largo de estos tres años el mundo musical de Ozzy ha experimentado más cambios y mucho más profundos que en los seis anteriores.
Si bien, durante la primera mitad de la década que acabamos de dejar atrás, la mayor parte de las noticias sobre Ozzy fueron sobre temas no relacionados con su carrera musical, como el cáncer de colon que sufrió su esposa, el accidente en moto que le dejó en coma varios días y casi le cuesta la vida o el éxito de su famoso reality, The Osbournes, en los últimos tres años hemos ido conociendo bastantes novedades y cambios con respecto a su verdaderá profesión, la música.
Una de las grandes novedades fue la transformación del Ozzfest en un festival gratuito para el público en su edición del año 2007, iniciativa que no resultó tan satisfactoria como se esperaba, sobre todo de cara a las bandas que formaban el cartel; posteriormente sorprendió la suspensión del festival en el año 2009, después de celebrarse ininterrumpidamente durante once años. Pero el verdadero shock llegaría en el mes de julio del mismo 2009, cuando Ozzy anunciaba la marcha (despido amistoso, aunque de manera poco elegante) de su guitarrista Zakk Wylde, tras 21 años teniéndole como su mano derecha.
El impacto entre los fans de Ozzy fue tremendo, y todos tomaron su posición rápidamente dejando claro si preferían que Zakk se marchara o no. En medio de esta polémica, se anunció con bastante celeridad el nombre de su sustituto. Nueva sorpresa al comprobar que el elegido había sido el guitarrista griego Gus G. (Firewind, ex Dream Evil). Muchos quizás esperábamos algún nombre con más peso en el mundo de la guitarra, pero por otra parte, creo que Gus cumple perfectamente el perfil que siempre han tenido los guitarristas de Ozzy: jóvenes talentos recién iniciados o todavía sin pulir del todo. Pero este no era el único cambio, y es que el batería Mike Bordin, otro de los músicos fieles de Ozzy, con casi quince años de trabajo junto a él, abandonaba su puesto para volver a su propia banda, los reunidos Faith No More. Su plaza fue rápidamente ocupada por el hasta ese momento batería de Rob Zombie, Tommy Clufetos.
Ha habido más novedades durante estos tres años, como la publicación de la autobiografía del Madman, titulada “I Am Ozzy”, su aparición en el mundo del videojuego de la mano del revolucionario “Guitar Hero” o la más reciente noticia de que varios científicos van a estudiar su genoma para averiguar el secreto de su tremenda resistencia tras 40 años abusando de las drogas y el alcohol, pero anécdotas aparte, lo más releveante sin duda ha sido el cambio de guitarrista.
Por supuesto, la marcha de Zakk Wylde ha conseguido que los fans de Ozzy estuvieran intrigadísimos con cómo sonaría en directo el Madman con Gus G. y especialmente cómo sonarían las nuevas canciones. Pues bien, las reacciones no se han hecho esperar y, como se suponía, las opiniones se han dividido casi a partes iguales. Hay quienes ven a Zakk como un genio sin el cual Ozzy ha pérdido muchos enteros, y hay quienes piensan que con su marcha Ozzy se ha quitado un lastre y ha vuelto a un sonido más cercano a lo que nos tenía acostumbrados, alejado de ese saborcillo a Black Label que rodeaba especialmente su anterior “Black Rain”, y de las manías de Wylde con su guitarra, sobre todo sus omnipresentes armónicos.
Yo sin duda me posiciono en el segundo grupo. Creo que Ozzy se tenía que haber liberado de Zakk Wylde hace ya tiempo, más de cara al directo que de cara a los discos, ya que al fin y al cabo todos los trabajos que ha grabado con Zakk han sido buenos en mayor o menor medida, con mencion especial a dos obras maestras como “Ozzmosis” (1995) y muy especialmente “No More Tears” (1991). No obstante, mi opinión es que Zakk ya ha dado de sobra todo lo que le podía dar a Ozzy, de forma materialista podriamos decir que ya está más que amortizado, y a estas alturas suponía más un lastre (con cariño) que otra cosa en la carrera del “Principe de las Tinieblas”.
La entrada de Gus G. ha aportado frescura al directo de Ozzy; por fin no se escuchan continuamente armónicos, y su estilo de tocar la guitarra es en general más clásico que el de Zakk, más ochentero. Un dato significativo es el hecho de que en los directos han recuperado el mítico “Shot In The Dark”, tema que llevaban sin tocar unos 17 años. Puede que a algunos les parezca una tontería este dato, pero para mi da una idea de por dónde van los tiros con este nuevo guitarrista, además de por su forma de tocar.
Y bueno, después de esta enorme introducción, pasaré a hablar del disco, que es lo que estaréis esperando. Para empezar, y a modo de resumen general, diré que es un buen disco, en mi opinión, algo mejor que “Black Rain”, pero eso sí, tarda en entrar, hay que darle varias escuchas para ir cogiéndole el gusto.
En cuanto al sonido, la verdad es que es más cercano a lo que Ozzy hacía con Zakk Wylde de lo que yo esperaba. Esto es lógico ya que al fin y al cabo los temas han sido compuestos por Ozzy y Kevin Churko, quien además ha producido el álbum. Es decir, salvo Zakk, este es el mismo equipo que dio forma al disco “Black Rain”, y se nota. No obstante, el cambio en la guitarra también se nota, y a mi juicio, para bien. No voy a entrar en dilemas inútiles sobre si Gus es mejor que Zakk o no, pero si diré que se me hace más agradable escuchar a Gus que a Zakk. Como véis, se me nota a leguas que estoy saturado del sonido del ex guitarrista de Ozzy, pero una cosa si que echo de menos, sus tremendos riffs. Ahí pocos le pueden igualar, y es que el señor Wylde es una auténtica máquina de hacer riffs potentes, cualidad que compartía con su buen y fallecido amigo, Dimebag Darrell. En cualquier caso, Gus G. también ha compuesto buenos riffs, más simples pero muy efectivos.
Pero bueno, yendo al grano, en “Scream” vais a disfrutar de diez temas bastante buenos. Digo diez porque el último corte, “I Love You All”, no se puede considerar casi ni una canción. Es una especie de outro, un homenaje de un minuto de duración que Ozzy hace a sus fans, algo más bien anecdótico y, para mi gusto, prescindible. Puestos a homenajear a sus fans, que grabe otro tema y listo.
Aparte de esto, encontramos canciones geniales, como la potentísima “Let Me Hear You Scream”, primer single del disco (con un espectacular video que podéis ver pinchando en el enlace de YouTube situado a la izquierda), o el medio tiempo “Soul Sucker”, un tema de aire tenebroso con un riff de guitarra que parece compuesto por el mismísimo Diablo. Otra gran canción, y una de las que me suenan más novedosas, es la inicial “Let It Die”. Aquí Ozzy canta con un pequeño deje hiphopero que quedá bastante bien y, sin duda, sorprenderá a más de uno.
Otro tema a tener en cuenta es “Life Won´t Wait”, un corte con unas guitarras acústicas muy evocadoras, que suena a una mezcla entre los Black Sabbath del “Sabbath Bloody Sabbath” (1973) y los Led Zeppelin del “III” (1970). Me ha gustado mucho.
Lo mismo tengo que decir de la incisiva “Diggin´Me Down”, en la cual Ozzy vuelve a meter caña al cristianismo y a Jesucristo en particular, preguntándole dónde se supone que está en un mundo que tanto necesita la “ayuda de Dios”. Por su parte, “Latimer´s Mercy” es un tema macabro que realmente inquieta. No es para menos, ya que en él Ozzy habla de Robert Latimer, un granjero que mató a su hija discapacitada en 1993. La atmosfera tétrica está realmente lograda, recuperando en este sentido (y salvando las distancias) al Ozzy de canciones como “Diary Of A Madman”.
En cuanto a los cortes restantes, no se quedan para nada a la zaga con respecto a los que ya he citado, pero sí es cierto que me han gustado más estos.
Quiero señalar también que la edición normal de “Scream” está formada por once canciones, pero la edición japonesa tiene un bonus track llamado “Jump The Moon”, y a través de iTunes se puede conseguir otro titulado “One More Time”. Por supuesto, ambos temas se pueden escuchar en YouTube, y la verdad es que “Jump The Moon” me ha parecido una canción extraña, una especie de experimento más bien mediocre. En cambio, “One More Time” es un corte cañero, con un buen estribillo y que perfectamente podría haberse incluido en la edición normal de “Scream”, en lugar de soserías como “I Love You All”.
Pero bueno, todo esto son pegas menores para un disco bueno en lineas generales, que supera levemente a su predecesor, y que supone la confirmación de Gus G. como un guitarrista más que válido para la banda de Ozzy Osbourne. Mientras saque trabajos al menos como este, me doy con un canto en los dientes, que con sus 61 años de edad y más de 40 años de carrera a sus espaldas, desde luego ya no espero que vuelva a grabar un nuevo “Bark At The Moon” (1983); ni falta que hace a estas alturas. Ozzy Osbourne no tiene nada que demostrar, bastante es ya que siga sacando nuevas canciones y no se limite a vivir de las rentas.
TrackList:
1. Let It Die
2. Let Me Hear You Scream
3. Soul Sucker
4. Life Won't Wait
5. Diggin' Me Down
6. Crucify
7. Fearless
8. Time
9. I Want It More
10. Latimer's Mercy
11. I Love You All
12. Jump The Moon (Bonus track edición japonesa)
13. One More Time (Bonus track iTunes)
Fuente:
Metal4All